¿Cómo se aprende significativamente a través de la comprensión y producción de textos?
Lesvia García de Fernández.
La reconceptualización de los currículos ha permitido asumir la lectoescritura como un elemento de la comunicación social, en lugar de pretender lograr el dominio de destrezas aisladas. Anteriormente se hacía énfasis en la mecánica de la lectura, actualmente el nuevo enfoque es comunicativo y se enfatiza en la comprensión. Por ello, se requiere que la escuela disponga de concepciones y prácticas que le permitan contribuir al avance de las competencias comunicativas del estudiante, lo que a su vez juega un papel fundamental para su desarrollo personal y social. Sin embargo, investigaciones etnográficas realizadas (cfr. Rockwell, 1982,1991, 1995, Parra y otros, 1994), muestran que en las Instituciones educativas siguen dominando las prácticas de copiar como actividad de escritura y de descifrar como actividad de lectura, apoyados en determinados manuales y textos escolares para aprender o demostrar aprendizajes. De igual forma, se siguen ejerciendo así mismo prácticas que tienen sentido básicamente en el contexto escolar, que no pocas veces son contradictorias con los usos sociales. En contradicción con lo anterior, Delia Lerner (2001) afirma: ”Si nuestro objetivo es formar lectores y“ escritores” competentes, se debe enfrentar la “complejidad”. En este sentido, lo ideal para la enseñanza es abordar la comprensión y producción de textos en situaciones comunicativas reales, teniendo en cuenta un propósito definido conjuntamente. Por lo anterior, al desarrollar actividades cuyo propósito sea el de producir textos, es pertinente hacer uso de estrategias que generen situaciones de comprensión y producción contextualizadas, sin desconocer las condiciones que nos ofrece el mundo globalizado en el que estamos inmersos. Al respecto se ofrecerá al estudiante un abanico de oportunidades (textos escritos de diferentes autores) que integren una doble intención: desarrollar los conceptos en estudio y tener en cuenta los propósitos comunicativos que los originan, la forma como están estructurados y el tipo de texto que se lee. Con esta dinámica, se afrontan coincidencias y contradicciones que se convierten en “retos” que el estudiante debe afrontar y resolver en el proceso de producción textual, aspecto que lo incentiva a consultar, profundizar y ampliar conocimientos. Actividades de este tipo, mantiene al grupo de estudiantes y a su maestro (a) en un accionar permanente. El aula de clases se convierte en un “Laboratorio de lectura y producción de textos” Este proceso se realiza a través de interacciones verbales entre compañeros y entre estos y su maestro(a), quien hace las veces de orientador. En este sentido, la interacción con textos similares a los que se pretende producir, la consulta, la profundización, el análisis, la confrontación…, viabilizan además de un aprendizaje significativo, la forma de resolver en la cotidianidad escolar las dificultades que se presenten en la producción de un determinado texto, teniendo en cuenta diversos contextos de uso y la comprensión de contenidos específicos. Además de aprender y enseñar un saber-hacer, de lograr que el estudiante haga útil sus conocimientos para interpretar y/o producir textos, es de gran relevancia reconocer que la comprensión lectora es básica para el éxito escolar y social. El proceso lectoescritural se inicia en preescolar, avanza progresivamente en todos los niveles de la educación y acompaña al ser humano durante toda su vida. Desde esta perspectiva, se creó la serie de textos “Mis Lecturas Cotidianas” para los grados de Básica Primaria de la Institución Educativa Villa Margarita del municipio de Montería Córdoba, con el objeto de mostrarle el camino al estudiante para que progresivamente se vaya formando competentemente como lector y productor de textos, apoyados en la Estética Literaria. Por ello, las actividades planteadas en cada grado implican el ejercicio pleno de incentivar sus capacidades intelectuales para que sea capaz de comprender, interpretar, recrear y crear cualquier tipo de texto. Para mayor claridad, se explican los anteriores conceptos: Comprender un texto, es el proceso mediante el cual el receptor/lector establece coherencia entre sus conocimientos y la nueva información que le suministra el texto. Interpretar un texto, es lograr que el receptor/lector se sitúe en el texto. Supone dotarlo de sentido, adquiriendo una visión global y coherente que resulte significativa para él. Este proceso requiere de dos pasos fundamentales: Contextualizar el texto, es decir, situarlo en la época en que se produjo y en la tradición cultural a la que pertenece; y descubrir la intención del autor: (informar, persuadir, entretener...), sólo si somos capaces de descifrar esa intención, podremos interpretar correctamente el texto. Una vez comprendido e interpretado el texto, estamos en condiciones de manifestar nuestra opinión sobre él, valorando las ideas expuestas y su repercusión. Re-crear un texto, según Mantilla Landazábal (1999) es encontrar múltiples posibilidades de enriquecerlo y llegar al pleno disfrute del mismo, [...] significa también encontrar, más allá de lo narrado, respuestas a interrogantes como el qué, el cómo, el cuándo, un por qué, un dónde, de diversas situaciones, hechos, personajes o eventos propuestos en un texto [...] Recrear un texto es leer sin límites de espacios o de tiempo; es descubrir los secretos insinuados entre líneas que están a la espera de algún lector inquieto para ser rescatados y asimilados en función de su propia diversión. [...] Al crear o recrear un texto se puede soñar libremente, teniendo como puente las palabras de un autor [...] En la medida en que un lector asimile el texto, lo critique, cuestione, y le añada un alto grado de imaginación, estará recreando su contenido, (p. 45). Crear un texto, es plasmar realidades y/o imaginarios teniendo en cuenta un propósito, las características del interlocutor y las exigencias del contexto. Para lograr un aprendizaje significativo es imprescindible trabajar en el desarrollo de las habilidades anteriormente mencionadas (comprender, interpretar, re-crear y crear) como pilares fundamentales del proceso. Es de gran importancia reconocer que en gran medida los conocimientos que adquieren los estudiantes, le llegan a través de la lectura. A través de ella, nos apropiamos de diferentes conocimientos, pero ¿nosotros como docentes somos conscientes de ello? ¿Creamos en el estudiante la necesidad de leer? ¿Le ponemos metas de lectura en determinado período? y lo que es más, ¿Ejercemos control sobre la lectura que realiza el estudiante? ¿Realmente estimulamos la lectura y comprensión de textos escritos en nuestros estudiantes? Los anteriores interrogantes, marcan una importancia trascendental para abordar el proceso docente educativo haciendo énfasis en buscar la forma para que el estudiante aprecie para qué leer, lo que posibilitará el acceso a la información dada y que se responsabilice |
y disfrute de su aprendizaje, dándole solución a cada actividad planteada en un ambiente socializador y de cooperación con la orientación del docente, en atención a que los textos poseen características que pueden facilitar u obstaculizar su acceso al lector cuando se trata de determinado texto escrito. Según Armando Morles (1994), las características del texto que pueden afectar su comprensibilidad son muchas, por ejemplo: las características gráficas tienen una relación directa con la legibilidad de los textos, que se evidencia en factores tipográficos tales como: la forma, el tipo y el tamaño de las letras, la longitud de las líneas, los márgenes, el arreglo de las columnas, el espacio entre las líneas y entre las columnas; el color de la impresión y del fondo, y la superficie del papel. Entre las características léxicas, sintácticas y semánticas, se destacan la longitud de las palabras y las raciones, el número de términos lexicales y estructurales y el número de sílabas lo que también puede afectar la lectura. Las características contextuales son aquellas pistas presentes en el texto que permiten al lector relacionar entre sí las palabras, oraciones e ideas contenidas en ese texto, a la vez que le permiten determinar el tono, modo e intención de su autor, captar el énfasis que desea dar a determinadas partes, establecer relaciones lógicas de causalidad, comparación, contrastes, equivalencias, funcionalidad, tiempo, espacio y pertenencia entre sus elementos. Leer comprensivamente es también responder a las exigencias conceptuales procedimentalales, planteadas en cada texto, reconocer su cohesión en los contextos comunicativos. A través de ello, el lector lo pone en práctica en a medida que establece conexiones coherentes entre la información que posee en sus estructuras cognitivas y la nueva que le suministra el texto. De esta forma, el estudiante se ve en la necesidad de descubrir los pasos a seguir en la ejercitación y de esa manera lograr la interacción con el texto sin la permanente orientación del docente. Esta estrategia propicia que el estudiante disfrute el pacer de leer y asuma la confrontación con el texto como un desafío capaz de enfrentar. Como se anota anteriormente, leer comprensivamente es un acto que se adquiere progresivamente; la complejidad de los textos va creciendo a medida que se avanza, por ejemplo: se inicia con la observación, una mirada atenta y concentrada que ayuda a encontrar información y aprender a buscarla, se subrayan ideas principales secundarias con el propósito de desarrollar la habilidad de resumir, se identifican conceptos y se interpretan dentro de un contexto dado. Además, las palabras claves, la formación de frases, la corrección de errores ortográficos y la morfosintaxis, contribuyen a viabilizar la cognición y la metacognición desde la comprensión textual. Existen técnicas que orientan hacia la comprensión lectora. Tradicionalmente se emplea el de las preguntas que hace el docente al estudiante para verificar si hubo comprensión. Para Armando Morles (1985), las estrategias para procesar información y comprender la lectura se apoyan en procesos cognitivos y metacognitivos. Este estudioso, tiene en cuenta cinco tipos de estrategias de lectura, a saber: - De organización, comprenden todo lo que el lector ejecutará a nivel cognoscitivo para organizar o dar un nuevo orden a la información. Por ejemplo, resúmenes en cuadros sinópticos, redes cognitivas o esquemas y mapas de conceptos, entre otros. - De focalización, sirven para precisar el contenido del texto. La comprensión es guiada a algunos aspectos parciales sobre los que se centra la atención de la lectura. Ejemplo: caracterización de personajes. - De elaboración, incluyen acciones que implican la creación de nuevos elementos relacionados con el contenido del texto para hacer éste, significativo. Hacer analogías, paráfrasis, imágenes por comparación para reelaborar la idea escrita. - De integración, apuntan a la relación de un texto con otros textos o conocimientos. - De verificación, buscan comprobar lo cierto de las interpretaciones logradas. Por ejemplo, voltear la página mientras se realiza un ejercicio, recurrir al diccionario, entre otras. En común acuerdo con Morles, se considera que los mejores lectores, además de usar las estrategias de lectura cognitivas deberían desarrollar las estrategas metacognitivas, es decir, aquellas acciones que ejecuta el lector para asegurar la efectividad del procedimiento de la información contenida en el texto. Estas estrategias son: - De planificación del proceso de comprender, se parte de un objetivo y de la determinación inicial de lo que el lector ya sabe sobre el tema así como lo que desea saber. - De regulación, el lector va supervisando el proceso para comprobar en qué medida se van cumpliendo los objetivos y planes propuestos. - De evaluación de la ejecución del procesamiento de la información, comprende determinar cuándo y cuánto se ha comprendido. Lo anterior implica que el receptor/lector (estudiante), debe gozar de un ambiente propicio que permita asistirlo en la superación de fallas específicas observadas en el desarrollo de las actividades y servir de ejercicio curricular, por lo que se propone convertir el aula en un “laboratorio de lectura y comprensión de textos” Esta propuesta será exitosa en la medida en que docente.-orientador/estudiante logre apropiarse de ella y en forma integrada, realizando cada cual lo que le corresponde, el estudiante sea capaz de producir conocimiento, adquirir destrezas y reflexionar, porque el orientador no representa el saber, sino que propone actividades, plantea problemas y relaciona respuestas. Con esta propuesta se pretende contribuir al desarrollo de habilidades en el proceso lector que garanticen su eficiencia, alcanzando la comprensión cabal e inteligente del texto leído, teniendo en cuenta que sólo se ha leído bien, cuando se ha comprendido bien, por ello es indispensable enseñar a aprender a indagar en el texto, de tal forma, que posibilite conectar al lector con el texto desde una perspectiva lúdica, en un aprendizaje personalizado que se enfrenta con una aventura intelectual a través del texto escrito para llegar a internalizarlo y ponerlo en contacto con el conocimiento humano que históricamente ha sido plasmado en forma escrita en diferentes tipos de textos y época, lo que al mismo tiempo contribuye a ampliar el universo cultural del estudiante en este mundo globalizado en el que vivimos. |
LA LECTO-ESCRITURA COMO INSTRUMENTO QUE ABRE LAS PUERTAS DEL CONOCIMIENTO Y MARCA EL CAMINO HACIA EL DESARROLLO SOCIAL DE LA PERSONA.
(Una invitación para los maestros que tenemos el deleite de interactuar con niños y niñas de Grado Primero de Educación Básica Primaria
“El maestro de grado primero tiene en su poder la llave mágica que abre la inmensa puerta que invita a la feliz aventura de apropiarnos del conocimiento que nos conduce a una vida edificante”.
Lesvia García de Fernández.
Lesvia García de Fernández.
Con el ánimo de contribuir a formar estudiantes lectores y escritores competentes desde la perspectiva de la “complejidad”, se hace imprescindible acabar con la práctica de considerar la lectura y la escritura como destrezas aisladas y darle paso al nuevo concepto de considerarla como un elemento de la comunicación social.
En este sentido, el proceso lectoescritural que se inicia en preescolar debe continuar en la misma dirección para que se le facilite al estudiante formarse como un ser competente en cada etapa de su vida, aprendiendo cada día lo que tiene que aprender y en el momento en que lo debe aprender. En el caso del grado primero, es muy difícil aislar cada área del conocimiento para desarrollar una u otra competencia, teniendo en cuenta que cada una de ellas, es pieza fundamental y contribuye para lograr una formación integral en el estudiante, que en última instancia, es lo que se persigue. Lo anterior conlleva a reflexionar sobre la dinámica a implementar en el mencionado grado y la necesidad de centrar en la lectoescritura el eje fundamental del proceso escolar, teniendo en cuenta que es en esta etapa donde se cimenta el conocimiento inicial básico en el estudiante, a la vez que se constituye como instrumento en el aprendizaje de las diferentes áreas del saber. A partir de esta dinámica, desde la lectoescritura se dará origen a un sin número de estrategias que conduzcan al desarrollo de competencias y saberes básicos integrados, convirtiendo el aula en un verdadero “Laboratorio Comunicativo” en donde el estudiante encuentre el espacio propicio para perfeccionar sus saberes y relaciones interpersonales haciendo uso del lenguaje como un elemento de la comunicación social, a través de sus diferentes manifestaciones: Auditivo (Palabra hablada- Clave Morse, sirenas, himnos, toques de campanas, toques militares, saludos..), Visual (Palabra escrita – alfabeto de señas, jeroglíficos, señales de tránsito, gestos, mímica, banderas, códigos…), Táctil (Braille, caricias, saludos, despedidas) y Olfativo (olores). Este espacio también se prestará para expresar afectos, sentimientos e ideales; propiciar conflictos y buscar la manera de resolverlos apoyados en reglas y técnicas de comunicación orientadas por el maestro(a). En esta dinámica, es indispensable tener en cuenta el contexto en el cual se encuentra inmerso el estudiante. En el caso particular de la Institución Educativa Villa Margarita del municipio de Montería Córdoba, ésta se encuentra ubicada en una zona urbano-marginal al sur de la ciudad, en donde existen factores que dan origen a desigualdades que la hacen acreedora a ser una población vulnerable, aspecto que requiere ser tenido en cuenta y se hace necesario orientar las acciones educativas hacia la formación de personas que puedan comunicarse efectivamente consigo mismo y con los demás, conscientes de la importancia de fortalecer lazos de amistad, solidaridad y tolerancia, en un clima de comunicación y convivencia pacífica. Antes de la reconceptualización de los currículos que cobra vigencia en nuestro país, se tenía la errónea creencia que la razón de ser de la asignatura de Lengua Castellana en grado primero, se limitaba a enseñar a leer y a escribir. Actualmente, los resultados adquiridos, nos demuestran que estos aspectos aislados no han tenido sentido para el estudiante; por ello se admite que estos deben relacionarse con su propio contexto partiendo de la realidad que se vive, para que tenga sentido para él o ella y sienta la necesidad de involucrarse y manifestarse de la forma con la que mejor se identifique (escuchando, hablando, leyendo y/o escribiendo), sin excluir lo que se denomina el orden universal. En este sentido, el maestro/orientador debe permanecer informado y compenetrarse con la cotidianidad reinante en dicho contexto En concordancia con lo anterior, se pone de manifiesto la necesidad de que el estudiante de grado primero se inicie en la observación, comprensión e interpretación de imágenes, gráficas, textos, mapas, conflictos que se |
presenten en su cotidianidad, es decir, buscarle el sentido o la razón de ser de algo, de una acción o actitud; llevarlo a que conduzca de la mejor manera su diálogo personal, lo que le favorece su autoestima y poco a poco ir ganando seguridad en sí mismo y con relación a los demás.
De igual forma, en esta dinámica la familia se considera como pilar fundamental del proceso de aprendizaje de su hijo(a), y por ello, también tiene su responsabilidad. En el caso particular de nuestra comunidad estudiantil, consideramos familia a las personas cercanas con la cual convive el niño o niña, en consideración a que un número significativo son el producto del madresolterismo, desplazamiento y/o desintegración familiar. A ellos les encomendamos tomar parte en lo relacionado con la literatura, contribuyendo con relato y/o lectura de cuentos, mitos, leyendas y toda clase a anécdotas que despierten el interés en sus hijos (as), como pretexto para ayudar a desarrollar las habilidades comunicativas básicas, acordes con la edad cronológica y grado en que se encuentre, porque esta actividad es transversal al currículo y la complejidad de ello, se irá incrementado en la medida en que transcurra su edad y nivel académico. Es de gran relevancia reconocer que la literatura enriquece este proceso con su elemento lúdico y estético, principalmente en los primeros grados de escolaridad. En consideración a que esta propuesta centra en la lectoescritura el eje fundamental del proceso escolar, la cual será elemento definitivo para acceder al conocimiento de todas las áreas del saber, se requiere incorporar en él, situaciones didácticas donde la lectura de textos de cada una de las áreas/asignaturas sean la materia prima fundamental. Estos textos deben seleccionarse cuidadosamente, de tal manera que el estudiante al escucharlo o leerlo le produzca placer y le deje interrogantes; textos que guarden relación con los conceptos básicos a desarrollar y que no siempre sean los creados específicamente para la escuela; textos que sean valiosos para el estudiante en consideración a que logre relacionar los conceptos básicos en estudio, con los textos de circulación cotidiana que ofrecen los medios masivos de comunicación (hablados y/o escritos) locales, nacionales y universales. De esta forma, se alcanza que el estudiante conozca diversos tipos de textos que hacen parte tanto de su vida escolar, como de la realidad que vive y a la vez considere que leer y escribir hacen parte esencial de la vida de las personas, que ambos procesos son una ventana abierta para conocer y dar a conocer las realidades e imaginarios de cada persona. En este orden de ideas, la asignatura de Lengua Castellana se orienta principalmente al desarrollo de las competencias comunicativas básicas (oír, hablar, leer y escribir), lo que deja claro, que el interés de la educación se centra en formar personas integrales con amplia capacidad de comprender, interpretar y crear para ser protagonistas de la realidad social en la que interactúan, dejando atrás el almacenamiento de gran cantidad de contenidos de las diferentes áreas, por ello, demanda prioridad, desarrollar en el estudiante su capacidad de saber elegir la información precisa que le ayude a dar respuesta a interrogantes de cualquier índole, adoptando además, una posición crítica ante el cúmulo de información que ofrecen las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. En consecuencia, se propicia la necesidad de implementar estrategias cognoscitivas que lo orienten eficazmente en ese sentido desde muy temprana edad, lo cual será de gran utilidad para el uso que le dará a los múltiples saberes de los que se ha apropiado a lo largo de su vida escolar, al interactuar en cualquier contexto en el que se encuentre inmerso socialmente. En este proceso, es determinante la actitud que asuma el maestro frente a esta nueva concepción, puesto que son definitivos esos primeros pasos para que el niño/niña logre apropiarse de la llave mágica que abre las puertas al conocimiento y a una vida social edificante desde la edad temprana. |