EL GÉNERO NARRATIVO:
Es el género literario donde el escritor relata sucesos reales o producto de sus imaginarios. Generalmente se escribe en prosa, a diferencia de otras épocas en las que estas forms narrativas eran escritas en versos. En este género se destacan elementos tales como: El narrador, cuya función es la de relatar los acontecimientos; los personajes, que de acuerdo con su papel en el desarrollo del acontecimiento, se clasifican en principales y secundarios; el espacio, lo conforman los lugares donde se desarrollan los acontecimientos y el tiempo, se refiere a la época en que se desarrolla el acontecimiento
Características del Género narrativo:
- Se relatan acontecimientos imaginarios o ficticios.
-Es una historia ajena a los sentimientos del autor.
-Aunque sea un acontecimieto imaginario, se basa en cosas del mundo real.
-Toda narración tiene un narrador, que es la persona que da a conocer el mundo imaginario al lector.
Es el género literario donde el escritor relata sucesos reales o producto de sus imaginarios. Generalmente se escribe en prosa, a diferencia de otras épocas en las que estas forms narrativas eran escritas en versos. En este género se destacan elementos tales como: El narrador, cuya función es la de relatar los acontecimientos; los personajes, que de acuerdo con su papel en el desarrollo del acontecimiento, se clasifican en principales y secundarios; el espacio, lo conforman los lugares donde se desarrollan los acontecimientos y el tiempo, se refiere a la época en que se desarrolla el acontecimiento
Características del Género narrativo:
- Se relatan acontecimientos imaginarios o ficticios.
-Es una historia ajena a los sentimientos del autor.
-Aunque sea un acontecimieto imaginario, se basa en cosas del mundo real.
-Toda narración tiene un narrador, que es la persona que da a conocer el mundo imaginario al lector.
!Hola colegas y público en general!
La producción literaria relacionada con el género narrativo aquí publicada, hace parte de la serie de textos denominados "Mis Lecturas Cotidianas" de los grados 1o. a 5o de Básica Primaria. En este sentido, disfrutarás de mitos, leyendas, cuentos, fábulas, relatos..., creados como apoyo didáctico en el marco de la programación de Lenguaje en la Institución Educativa Villa Margarita - Sede Alfonso López del municipio de Montería Córdoba. Está dirigida a despertar en la niñez su interés por la lectura y la producción de textos orales y escritos desde muy temprana edad, en consideración a que el niño y la niña desde que nacen está inmerso en un contexto en el que interactúa constantemente con lo que hay a su alrededor y desde entonces, a través del lenguaje oral comienza a producir. Cuando se inicia en la escritura y progresivamente llega a la lectoescrutura convencional, empieza a representar creativamente el mundo que lo rodea.
A medida en que se avanza en este proceso, es importante reafirmar en ellos la necesidad de hacer útil el conocimiento que van construyendo, lo que requiere, que produzcan textos, los relean, reflexione sobre ellos, corrijan los desaciertos y desarrollen criterios para adquirir una mirada crítica al respecto.
Orientar al estudiante en la producción de textos, es explorar sus imaginarios, sus vivencias y las de los demás, es motivarlo a crear, a desarrollar sus competencias literarias, porque al hacerlo, socializa sus textos y valora la escritura como una práctica que lo enriquece afectiva y cognitivamente, dando riendas sueltas a sus fantasías y aplicando aspectos gramaticales (Semánticos y Morfosintácticos), en el proceso lecto-escritural.
Esp. Lesvia García de Fernández.
La producción literaria relacionada con el género narrativo aquí publicada, hace parte de la serie de textos denominados "Mis Lecturas Cotidianas" de los grados 1o. a 5o de Básica Primaria. En este sentido, disfrutarás de mitos, leyendas, cuentos, fábulas, relatos..., creados como apoyo didáctico en el marco de la programación de Lenguaje en la Institución Educativa Villa Margarita - Sede Alfonso López del municipio de Montería Córdoba. Está dirigida a despertar en la niñez su interés por la lectura y la producción de textos orales y escritos desde muy temprana edad, en consideración a que el niño y la niña desde que nacen está inmerso en un contexto en el que interactúa constantemente con lo que hay a su alrededor y desde entonces, a través del lenguaje oral comienza a producir. Cuando se inicia en la escritura y progresivamente llega a la lectoescrutura convencional, empieza a representar creativamente el mundo que lo rodea.
A medida en que se avanza en este proceso, es importante reafirmar en ellos la necesidad de hacer útil el conocimiento que van construyendo, lo que requiere, que produzcan textos, los relean, reflexione sobre ellos, corrijan los desaciertos y desarrollen criterios para adquirir una mirada crítica al respecto.
Orientar al estudiante en la producción de textos, es explorar sus imaginarios, sus vivencias y las de los demás, es motivarlo a crear, a desarrollar sus competencias literarias, porque al hacerlo, socializa sus textos y valora la escritura como una práctica que lo enriquece afectiva y cognitivamente, dando riendas sueltas a sus fantasías y aplicando aspectos gramaticales (Semánticos y Morfosintácticos), en el proceso lecto-escritural.
Esp. Lesvia García de Fernández.
Las narraciones que a continuación se presentan, se han creado teniendo en cuenta el contexto en el que el estudiante de la Institución Educativa Villa Margarita se encuentra inmerso, su nivel de escolaridad y la competencia a desarrollar desde cada concepto. Para lograrlo, se han escogido temáticas acordes con ello y se utiliza un lenguaje cotidiano que conlleve a que el estudiante se vea identificado con lo que se lee y de esa forma, se motive a ser partícipe en el análisis que se haga de la lectura y contribuya con sus aportes en la construcción de nuevos textos.
¡Es importante dar a conocer que esta producción literaria
está protegida por el derecho de autor!
¡Es importante dar a conocer que esta producción literaria
está protegida por el derecho de autor!
LA ENSEÑANZA DE UN SER
SUPREMO (Mito)
Autora: Lesvia García de Fernández.
Hace mucho tiempo dejó de salir el Sol, todo era tinieblas, y los seres vivos comenzaron a morir. La Tierra se pobló de extraños seres amarillos de ojos saltones, sin cabellos que les cubriera su cabeza y con extremidades cortas y vientre abultado, que sólo se despertaban cuando sentían hambre. Eran débiles y vivían durmiendo en cuevas porque no resistían el frío. Se alimentaban de un líquido verde que salía de la Tierra formando inmensos charcos que a pesar del frío no se congelaban.
Desde lo muy alto, un Ser Supremo los observaba sin hacer nada. Cierto día decidió dormirlos y despertarlos a todos al mismo tiempo. Los sumió en un sueño profundo y les habló, les dijo ¡Esto no puede seguir así!, ustedes sólo están en el mundo para dormir y no hacen nada para llevar una vida normal ¿Acaso se han preguntado por qué viven en tinieblas?- Casi en coro respondieron… "Sin luz y calor no podemos hacer nada, nos estamos congelando, ayúdanos". El Ser Supremo les respondió -Les ayudaré si se comprometen a cuidar la naturaleza, porque la generación que existió antes de ustedes, la destruyó haciendo mal uso de los recursos que les regalé para que vivieran felices en el planeta; por eso giré el Sol a otra parte del universo y ustedes hoy están en esas condiciones. Sólo les he proporcionado ese líquido verde que no es otra cosa que las lágrimas de los árboles que la generación anterior destruyó y que pensando en ustedes las deposité bajo la Tierra para que sobrevivieran y se dieran cuenta del valor que tienen las cosas que les ofrece la naturaleza. Si están dispuestos a cumplir con lo que les solicito, cuando despierten, estarán transformados en mujeres y hombres fuertes y hermosos rodeados de una vegetación verde, con muchos frutos, ríos y quebradas de aguas cristalinas, inmensos mares, animales de todas las especies, minerales preciosos, pero sobre todo, podrán disfrutar por las noches de la claridad de la Luna y del calor y luz del Sol durante el día. Si deciden lo contrario, jamás despertarán de ese sueño profundo en el que están y la oscuridad seguirá reinando entre ustedes. - En ese instante, las criaturas comprendieron el mensaje que el Ser Supremo les estaba enviando y utilizando el poder de la mente, se comunicaron entre si y decidieron aceptar el reto. Desde entonces, todo cambió y la nueva generación se reconcilió con el Ser Supemo, quien de nuevo les ofreció el paraiso en el que a partir de entonces disfrutarian.
Autora: Lesvia García de Fernández.
Hace mucho tiempo dejó de salir el Sol, todo era tinieblas, y los seres vivos comenzaron a morir. La Tierra se pobló de extraños seres amarillos de ojos saltones, sin cabellos que les cubriera su cabeza y con extremidades cortas y vientre abultado, que sólo se despertaban cuando sentían hambre. Eran débiles y vivían durmiendo en cuevas porque no resistían el frío. Se alimentaban de un líquido verde que salía de la Tierra formando inmensos charcos que a pesar del frío no se congelaban.
Desde lo muy alto, un Ser Supremo los observaba sin hacer nada. Cierto día decidió dormirlos y despertarlos a todos al mismo tiempo. Los sumió en un sueño profundo y les habló, les dijo ¡Esto no puede seguir así!, ustedes sólo están en el mundo para dormir y no hacen nada para llevar una vida normal ¿Acaso se han preguntado por qué viven en tinieblas?- Casi en coro respondieron… "Sin luz y calor no podemos hacer nada, nos estamos congelando, ayúdanos". El Ser Supremo les respondió -Les ayudaré si se comprometen a cuidar la naturaleza, porque la generación que existió antes de ustedes, la destruyó haciendo mal uso de los recursos que les regalé para que vivieran felices en el planeta; por eso giré el Sol a otra parte del universo y ustedes hoy están en esas condiciones. Sólo les he proporcionado ese líquido verde que no es otra cosa que las lágrimas de los árboles que la generación anterior destruyó y que pensando en ustedes las deposité bajo la Tierra para que sobrevivieran y se dieran cuenta del valor que tienen las cosas que les ofrece la naturaleza. Si están dispuestos a cumplir con lo que les solicito, cuando despierten, estarán transformados en mujeres y hombres fuertes y hermosos rodeados de una vegetación verde, con muchos frutos, ríos y quebradas de aguas cristalinas, inmensos mares, animales de todas las especies, minerales preciosos, pero sobre todo, podrán disfrutar por las noches de la claridad de la Luna y del calor y luz del Sol durante el día. Si deciden lo contrario, jamás despertarán de ese sueño profundo en el que están y la oscuridad seguirá reinando entre ustedes. - En ese instante, las criaturas comprendieron el mensaje que el Ser Supremo les estaba enviando y utilizando el poder de la mente, se comunicaron entre si y decidieron aceptar el reto. Desde entonces, todo cambió y la nueva generación se reconcilió con el Ser Supemo, quien de nuevo les ofreció el paraiso en el que a partir de entonces disfrutarian.
LA BRUJA VOLADORA (Leyenda)
Autora: Lesvia García de Fernández.
Cuentan mis abuelos que hace muchos años vivía en el pueblo una hermosa jovencita que cantaba como los ángeles y un apuesto caballero que quería hacerla su esposa. La boda se realizaría en dos días y los novios tomados de la mano paseaban por el jardín de la que sería su casa, pero alguien los observaba desde una ventana y se prometía que la boda no se realizaría, era Doña Maligna, quien siempre había tenido envidia de Celeste, la novia.
El día anterior a la boda, Doña Maligna se levantó muy temprano y se dirigió a la casa de Celeste para hacerle entrega, según ella, de un regalo mágico. Le dijo que consistía en una hermosa cajita musical la cuál debía abrirla sólo a las doce de la noche para que le trajera buena suerte y fuera muy feliz en su matrimonio. Celeste recibió el regalo de Doña Maligna y le agradeció el significativo detalle.
Tal como se lo sugirió Doña maligna, Celeste esperó las doce de la noche y abrió la cajita musical, se trataba de una bailarina de donde salían chispas doradas que caían en su hermoso rostro y de inmediato se desmayó cayendo en un sueño profundo y muriendo a los pocos días. Dicen que el novio desapareció y no se volvió a saber nada de él. Desde entonces, en las noches de luna llena, los habitantes del pueblo observan volar en su escoba a una bruja que grita incansablemente el nombre del novio de Celeste para que se case con ella. Todos comentan que es Doña Maligna que se convierte en bruja.
Cuentan mis abuelos que hace muchos años vivía en el pueblo una hermosa jovencita que cantaba como los ángeles y un apuesto caballero que quería hacerla su esposa. La boda se realizaría en dos días y los novios tomados de la mano paseaban por el jardín de la que sería su casa, pero alguien los observaba desde una ventana y se prometía que la boda no se realizaría, era Doña Maligna, quien siempre había tenido envidia de Celeste, la novia.
El día anterior a la boda, Doña Maligna se levantó muy temprano y se dirigió a la casa de Celeste para hacerle entrega, según ella, de un regalo mágico. Le dijo que consistía en una hermosa cajita musical la cuál debía abrirla sólo a las doce de la noche para que le trajera buena suerte y fuera muy feliz en su matrimonio. Celeste recibió el regalo de Doña Maligna y le agradeció el significativo detalle.
Tal como se lo sugirió Doña maligna, Celeste esperó las doce de la noche y abrió la cajita musical, se trataba de una bailarina de donde salían chispas doradas que caían en su hermoso rostro y de inmediato se desmayó cayendo en un sueño profundo y muriendo a los pocos días. Dicen que el novio desapareció y no se volvió a saber nada de él. Desde entonces, en las noches de luna llena, los habitantes del pueblo observan volar en su escoba a una bruja que grita incansablemente el nombre del novio de Celeste para que se case con ella. Todos comentan que es Doña Maligna que se convierte en bruja.
EL PERIQUITO DE ENRIQUETA (Cuento)
Autora: Lesvia García de Fernández.
Cierto día que Enriqueta acompañó a Raquel al mercado, observó que el señor Quime, el tendero, tenía una jaula en la que estaba un periquito, lo miró detenidamente y se dió cuenta que estaba muy triste. Ella le preguntó al tendero: ¿De quién es ese periquito? y el señor le respondió ¡mío! ¿Te gusta? ¡Muchísimo! afirmó Enriqueta. El señor le sonrió y le dijo: te lo regalo, ¿De verdad? le dijo la niña y el le replicó: tómalo, es tuyo.
Enriqueta tomó el periquito de la jaula, le acarició el piquito y le dijo….desde este momento te llamarás Coqui, te voy a cuidar mucho, serás un periquito feliz y no estarás encerrado en una jaula. Raquel le sonrió al señor, le agradeció el detalle que ha tenido con su hija y le comentó que Enriqueta siempre había querido tener un periquito.
Al llegar a casa, Arquímedes salió a su encuentro y Enriqueta le dijo: papi te presento a Coqui, el nuevo miembro de nuestra familia, me lo regaló el señor Quime, él le respondió ¡Claro hija!, le compraremos una jaula bien grande, ¡no papito!, dijo Enriqueta, a Coqui no le gusta estar encerrado, se pone muy triste dentro de una jaula, lo tendremos en nuestro jardín y le haremos una casita para que él entre y salga cuando quiera.
En ese momento, Arquímedes buscó las herramientas, le construyó la casita a Coqui y la colocó en el lugar más fresco del jardín interior de la casa. Enriqueta está contenta porque su periquito ahora es muy feliz.
Enriqueta tomó el periquito de la jaula, le acarició el piquito y le dijo….desde este momento te llamarás Coqui, te voy a cuidar mucho, serás un periquito feliz y no estarás encerrado en una jaula. Raquel le sonrió al señor, le agradeció el detalle que ha tenido con su hija y le comentó que Enriqueta siempre había querido tener un periquito.
Al llegar a casa, Arquímedes salió a su encuentro y Enriqueta le dijo: papi te presento a Coqui, el nuevo miembro de nuestra familia, me lo regaló el señor Quime, él le respondió ¡Claro hija!, le compraremos una jaula bien grande, ¡no papito!, dijo Enriqueta, a Coqui no le gusta estar encerrado, se pone muy triste dentro de una jaula, lo tendremos en nuestro jardín y le haremos una casita para que él entre y salga cuando quiera.
En ese momento, Arquímedes buscó las herramientas, le construyó la casita a Coqui y la colocó en el lugar más fresco del jardín interior de la casa. Enriqueta está contenta porque su periquito ahora es muy feliz.
¿QUIÉN ES MÁS ASTUTO, EL GATO O EL RATÓN? (Fábula)
Autora: Lesvia García de Fernández.
Desde la cueva de un viejo árbol, un ratoncito observaba a un gato que lo asechaba con ganas de comérselo, pero este simulaba estar buscando algo. Lo que en realidad hacía era ganar tiempo para que el ratoncito se despreocupara y bajara. El gato hambriento pensaba “Qué rico banquete me voy a dar”, mientras que el ratoncito se daba ánimo a sí mismo y se decía: “Tengo que resistir, porque si salgo ese gato me come”.
El gato se desesperaba cada vez más y seguía pensando “No puedo dejar escapar este delicioso bocado, si me voy, se me escapa, si subo hasta el hueco se me esconde y lo prevengo, en cambio, si me quedo, lo aseguro”. El ratoncito en cambio se resignó a no salir de la cueva y de vez en cuando se asomaba, pero el gato seguía ahí. Al comprender que el gato no se iría, el ratoncito pensó “Tengo que buscar la forma de salir de aquí sin que el gato se de cuenta”. De inmediato comenzó a buscar un orificio para salir por otro lado, pero se dio cuenta que era inútil. De pronto, le pareció escuchar un picoteo por detrás del árbol, pegó sus orejas un poco más al interior del árbol para saber que sucedía y se dio cuenta que era un pájaro carpintero que intentaba hacer un hueco precisamente por el lugar donde podía salir sin que el gato se diera cuenta. Esperó pacientemente hasta cuando al fin vio entrar un rayito de luz, pero al mismo tiempo, dejó de escuchar el picoteo del pájaro, comprendió que se había ido. Esperó un momento y decidió continuar con el trabajo que inició el pájaro carpintero, sin saber por qué lo abandonó de un momento a otro. De inmediato empezó a roer y a roer con sus diminutos pero afilados dientes hasta que por fin estuvo listo el hueco por donde se escaparía. Se propuso hacerlo, cuando de repente se asoma y se da cuenta que ya el gato está al otro lado y dice “Es mi momento, escaparé por el otro hueco”. Respiró hondo para coger ánimo y comenzó la huida, sin embargo el gato logró alcanzarlo y lo tenía agarrado con una de sus manos. Se disponía a darse el banquete, cuando de repente sale de los matorrales un tigrillo con ganas de devorarlo y en ese forcejeo el ratoncito aprovecha para salvarse.
Desde la cueva de un viejo árbol, un ratoncito observaba a un gato que lo asechaba con ganas de comérselo, pero este simulaba estar buscando algo. Lo que en realidad hacía era ganar tiempo para que el ratoncito se despreocupara y bajara. El gato hambriento pensaba “Qué rico banquete me voy a dar”, mientras que el ratoncito se daba ánimo a sí mismo y se decía: “Tengo que resistir, porque si salgo ese gato me come”.
El gato se desesperaba cada vez más y seguía pensando “No puedo dejar escapar este delicioso bocado, si me voy, se me escapa, si subo hasta el hueco se me esconde y lo prevengo, en cambio, si me quedo, lo aseguro”. El ratoncito en cambio se resignó a no salir de la cueva y de vez en cuando se asomaba, pero el gato seguía ahí. Al comprender que el gato no se iría, el ratoncito pensó “Tengo que buscar la forma de salir de aquí sin que el gato se de cuenta”. De inmediato comenzó a buscar un orificio para salir por otro lado, pero se dio cuenta que era inútil. De pronto, le pareció escuchar un picoteo por detrás del árbol, pegó sus orejas un poco más al interior del árbol para saber que sucedía y se dio cuenta que era un pájaro carpintero que intentaba hacer un hueco precisamente por el lugar donde podía salir sin que el gato se diera cuenta. Esperó pacientemente hasta cuando al fin vio entrar un rayito de luz, pero al mismo tiempo, dejó de escuchar el picoteo del pájaro, comprendió que se había ido. Esperó un momento y decidió continuar con el trabajo que inició el pájaro carpintero, sin saber por qué lo abandonó de un momento a otro. De inmediato empezó a roer y a roer con sus diminutos pero afilados dientes hasta que por fin estuvo listo el hueco por donde se escaparía. Se propuso hacerlo, cuando de repente se asoma y se da cuenta que ya el gato está al otro lado y dice “Es mi momento, escaparé por el otro hueco”. Respiró hondo para coger ánimo y comenzó la huida, sin embargo el gato logró alcanzarlo y lo tenía agarrado con una de sus manos. Se disponía a darse el banquete, cuando de repente sale de los matorrales un tigrillo con ganas de devorarlo y en ese forcejeo el ratoncito aprovecha para salvarse.
LAS CREENCIAS DE AYER (Relato).
Autora: Lesvia García de Fernández.
Hace muchísimos años el hombre no tenía sitio fijo donde vivir, era nómada. Se refugiaba en cuevas que encontraba a su paso, se alimentaba de frutas y animales que cazaba, caminaba descalzo y usaba guayucos que fabricaba con las hojas de los árboles y las pieles de los animales. Cuando se establecía en un lugar, trataba de hacerlo cerca de una fuente de agua para poder calmar su sed. No entendía por qué ocurrían fenómenos naturales como la lluvia, los terremotos, los rayos, la neblina, el día, la noche, los relámpagos; por ello, se postraba ante ellos y los consideraban dioses. Adoraban al Sol, la Luna, las Estrellas y pensaban que cuando hacían algo malo los dioses los castigaban enviándoles rayos, inundaciones, terremotos y toda clase de males. Eran politeístas, es decir, adoraban varios dioses.
Hoy, con el pasar del tiempo y el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el hombre ha avanzado enormemente; sabemos que ocurren fenómenos naturales que poco a poco, la ciencia ha ido dándole explicación, que el Sol es el centro de nuestro Sistema Solar y que la Tierra es uno de los planetas que lo conforman. Que siempre está girando sobre sí misma y en 24 horas logra dar una vuelta completa, fenómeno que origina el día y la noche, De igual forma sabemos que la Luna es el único satélite natural que tiene nuestro planeta y aunque no tiene luz propia como el Sol, con los reflejos que recibe del él, nos iluminan por las noches.
También entendemos que los rayos no son ningún castigo de Dios. Se originan por una poderosa descarga eléctrica natural producida durante una tormenta, el cuál viene acompañado con relámpagos y truenos.
Todo esto nos indica que las verdades y las creencias pueden cambiar con el tiempo, en la medida que la ciencia demuestre lo contrario.
Hace muchísimos años el hombre no tenía sitio fijo donde vivir, era nómada. Se refugiaba en cuevas que encontraba a su paso, se alimentaba de frutas y animales que cazaba, caminaba descalzo y usaba guayucos que fabricaba con las hojas de los árboles y las pieles de los animales. Cuando se establecía en un lugar, trataba de hacerlo cerca de una fuente de agua para poder calmar su sed. No entendía por qué ocurrían fenómenos naturales como la lluvia, los terremotos, los rayos, la neblina, el día, la noche, los relámpagos; por ello, se postraba ante ellos y los consideraban dioses. Adoraban al Sol, la Luna, las Estrellas y pensaban que cuando hacían algo malo los dioses los castigaban enviándoles rayos, inundaciones, terremotos y toda clase de males. Eran politeístas, es decir, adoraban varios dioses.
Hoy, con el pasar del tiempo y el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el hombre ha avanzado enormemente; sabemos que ocurren fenómenos naturales que poco a poco, la ciencia ha ido dándole explicación, que el Sol es el centro de nuestro Sistema Solar y que la Tierra es uno de los planetas que lo conforman. Que siempre está girando sobre sí misma y en 24 horas logra dar una vuelta completa, fenómeno que origina el día y la noche, De igual forma sabemos que la Luna es el único satélite natural que tiene nuestro planeta y aunque no tiene luz propia como el Sol, con los reflejos que recibe del él, nos iluminan por las noches.
También entendemos que los rayos no son ningún castigo de Dios. Se originan por una poderosa descarga eléctrica natural producida durante una tormenta, el cuál viene acompañado con relámpagos y truenos.
Todo esto nos indica que las verdades y las creencias pueden cambiar con el tiempo, en la medida que la ciencia demuestre lo contrario.
LAS AVENTURAS DE DAVID
Autora: Lesvia García de Fernández.
Muy cerca de las montañas, donde el frío penetra hasta los huesos, vive David, un niño de nueve años con espíritu de aventurero. Por las noches, bajo la luz de la Luna y acostado en una hamaca frente a una inmensa represa que construyó su padre, deja volar su imaginación. Se convierte en un misterioso animal con enormes alas que le permiten volar para cumplir sus fantasías. Siempre ha querido conocer el mar, vuela y vuela hasta atravesar las altas montañas y sentir el fresco de la brisa marina. Decide bajar para tocar la suave arena de la playa y se sorprende al darse cuenta que una vez la toca, deja de ser ese animal para convertirse en el niño que es.
Camina con sus pies descalzos por la húmeda playa dejando que las olas del mar acaricien su piel y lentamente se sumerge en las tibias y saladas aguas, cuando de repente observa que está amaneciendo y corre hacia la orilla sacudiendo fuertemente sus brazos, los que al instante se convierten nuevamente en enormes alas y emprende el regreso. Al despertar se da cuenta que sus pies están untados de arena y su ropa ligeramente mojada. Sonríe, se levanta y se dispone a prepararse para asistir a la escuela de la vereda donde vive.
Pacientemente esperó que llegara la noche y desde el mismo sitio emprendió otra aventura. Esta vez quiso ir a la Selva para conocer esos animales salvajes que veía en la televisión y que nunca había tenido la oportunidad de tenerlos cerca. Cerró sus ojos y se vio volando sobre la espesa vegetación. Se paró sobre un enorme árbol, pero continuaba siendo pájaro, no alcanzaba ver casi nada. De pronto se le ocurrió sobarse los ojos con una de sus patas y de inmediato comenzó a distinguir con claridad la gran cantidad de animales y variada vegetación que tenía el lugar. Era hermoso porque con la luz que salía de sus ojos, todo se iluminó y los animales que dormían creyendo que había amanecido, se levantaron y como si presintieran lo que ocurría, se organizaron en una enorme ronda y David convertido en pájaro empezó hablar con ellos en un lenguaje muy particular, el cuál todos entendían. Él los invitó a jugar y les dijo que cuando escucharan su nombre debían dirigirse al centro de la ronda y hacer alguna pirueta. De esa forma todos los animales se divirtieron y para David fue una experiencia inolvidable. En ese instante escuchó el llamado de su madre diciéndole que ya era hora de levantarse. Este abrió sus ojos y se dio cuenta que tenía entre sus manos muchos retoños de árboles.
Cada noche David emprendía una aventura diferente y al día siguiente le contaba a sus compañeros de curso, los que diariamente lo esperaban para que les relatara sus aventuras.
Muy cerca de las montañas, donde el frío penetra hasta los huesos, vive David, un niño de nueve años con espíritu de aventurero. Por las noches, bajo la luz de la Luna y acostado en una hamaca frente a una inmensa represa que construyó su padre, deja volar su imaginación. Se convierte en un misterioso animal con enormes alas que le permiten volar para cumplir sus fantasías. Siempre ha querido conocer el mar, vuela y vuela hasta atravesar las altas montañas y sentir el fresco de la brisa marina. Decide bajar para tocar la suave arena de la playa y se sorprende al darse cuenta que una vez la toca, deja de ser ese animal para convertirse en el niño que es.
Camina con sus pies descalzos por la húmeda playa dejando que las olas del mar acaricien su piel y lentamente se sumerge en las tibias y saladas aguas, cuando de repente observa que está amaneciendo y corre hacia la orilla sacudiendo fuertemente sus brazos, los que al instante se convierten nuevamente en enormes alas y emprende el regreso. Al despertar se da cuenta que sus pies están untados de arena y su ropa ligeramente mojada. Sonríe, se levanta y se dispone a prepararse para asistir a la escuela de la vereda donde vive.
Pacientemente esperó que llegara la noche y desde el mismo sitio emprendió otra aventura. Esta vez quiso ir a la Selva para conocer esos animales salvajes que veía en la televisión y que nunca había tenido la oportunidad de tenerlos cerca. Cerró sus ojos y se vio volando sobre la espesa vegetación. Se paró sobre un enorme árbol, pero continuaba siendo pájaro, no alcanzaba ver casi nada. De pronto se le ocurrió sobarse los ojos con una de sus patas y de inmediato comenzó a distinguir con claridad la gran cantidad de animales y variada vegetación que tenía el lugar. Era hermoso porque con la luz que salía de sus ojos, todo se iluminó y los animales que dormían creyendo que había amanecido, se levantaron y como si presintieran lo que ocurría, se organizaron en una enorme ronda y David convertido en pájaro empezó hablar con ellos en un lenguaje muy particular, el cuál todos entendían. Él los invitó a jugar y les dijo que cuando escucharan su nombre debían dirigirse al centro de la ronda y hacer alguna pirueta. De esa forma todos los animales se divirtieron y para David fue una experiencia inolvidable. En ese instante escuchó el llamado de su madre diciéndole que ya era hora de levantarse. Este abrió sus ojos y se dio cuenta que tenía entre sus manos muchos retoños de árboles.
Cada noche David emprendía una aventura diferente y al día siguiente le contaba a sus compañeros de curso, los que diariamente lo esperaban para que les relatara sus aventuras.
EL CABALLO CON APEROS DE ORO (Leyenda)
Autora: Lesvia García de Fernández.
Cuentan los abuelos que hace mucho tiempo cuando aún la región del San Jorge estaba poco poblada, en una pequeña vereda, comenzó a ocurrir un acontecimiento que mantenía a los pobladores a la expectativa. A muchos les despertaba curiosidad, mientras que a otros les producía mucho miedo. Se trataba de la aparición de un hermoso caballo durante las noches de Luna llena, el cuál salía de los matorrales y se dirigía hacia los cerros que rodeaban la vereda hasta desaparecer en uno de ellos. Era un caballo plateado que tenia la silla y demás aperos de oro. Su trote era gigantesco pero muy elegante, sus ojos eran del color del oro y cuando estaba sofocado de tanto correr, salían de su boca destellos luminosos que contrastaban con la oscuridad de la noche. Casi siempre se le observaba solo, pero en ocasiones, lo cabalgaba un jinete que tenía una delicada capa de oro, la cuál se levantaba al chocar con la fresca brisa que acompañaba el ambiente cuando era el misterioso jinete quien lo montaba.
Los campesinos y campesinas de todas las edades se reunían en las noches de Luna llena para tratar de ver al misterioso caballo, pero muchas veces no aparecía. Cuentan los que lo han visto que es un espectáculo maravilloso, sin embargo, muchos campesinos preferían no verlo y se tapaban los ojos porque se decía que algunos que lo habían visto, después perdieron sus cosechas. Comentan que ese caballo comenzó a aparecer desde que un rico hacendado de la vereda murió al caerse de su caballo preferido por no poderlo controlar después que este en una noche de Luna llena y bajo una tormenta se asustó con el ruido de un trueno y el destello de los relámpagos. También comentan que cuando el caballo hacía su aparición, a la mañana siguiente se observaban las huellas de sus herraduras y en algunas ocasiones se encontraban pepitas de oro puro, por ello, los pobladores recorrían paso a paso el lugar por donde veían al caballo.
Con el correr del tiempo la vereda fue creciendo y ese lugar poco a poco se fue poblando y el caballo dejó de aparecer. Sólo en ocasiones se logra escuchar un relincho lejano y el sonido melodioso que producen los aperos como si anduviera desbocado en busca de su jinete.
Cuentan los abuelos que hace mucho tiempo cuando aún la región del San Jorge estaba poco poblada, en una pequeña vereda, comenzó a ocurrir un acontecimiento que mantenía a los pobladores a la expectativa. A muchos les despertaba curiosidad, mientras que a otros les producía mucho miedo. Se trataba de la aparición de un hermoso caballo durante las noches de Luna llena, el cuál salía de los matorrales y se dirigía hacia los cerros que rodeaban la vereda hasta desaparecer en uno de ellos. Era un caballo plateado que tenia la silla y demás aperos de oro. Su trote era gigantesco pero muy elegante, sus ojos eran del color del oro y cuando estaba sofocado de tanto correr, salían de su boca destellos luminosos que contrastaban con la oscuridad de la noche. Casi siempre se le observaba solo, pero en ocasiones, lo cabalgaba un jinete que tenía una delicada capa de oro, la cuál se levantaba al chocar con la fresca brisa que acompañaba el ambiente cuando era el misterioso jinete quien lo montaba.
Los campesinos y campesinas de todas las edades se reunían en las noches de Luna llena para tratar de ver al misterioso caballo, pero muchas veces no aparecía. Cuentan los que lo han visto que es un espectáculo maravilloso, sin embargo, muchos campesinos preferían no verlo y se tapaban los ojos porque se decía que algunos que lo habían visto, después perdieron sus cosechas. Comentan que ese caballo comenzó a aparecer desde que un rico hacendado de la vereda murió al caerse de su caballo preferido por no poderlo controlar después que este en una noche de Luna llena y bajo una tormenta se asustó con el ruido de un trueno y el destello de los relámpagos. También comentan que cuando el caballo hacía su aparición, a la mañana siguiente se observaban las huellas de sus herraduras y en algunas ocasiones se encontraban pepitas de oro puro, por ello, los pobladores recorrían paso a paso el lugar por donde veían al caballo.
Con el correr del tiempo la vereda fue creciendo y ese lugar poco a poco se fue poblando y el caballo dejó de aparecer. Sólo en ocasiones se logra escuchar un relincho lejano y el sonido melodioso que producen los aperos como si anduviera desbocado en busca de su jinete.
NACE UNA AMISTAD (Cuento)
Autora: Lesvia García de Fernández.
Mateo es un niño muy inconforme, se vive quejando porque siempre desea tener más de lo que tiene. A sus ocho años ha logrado tener todos los juguetes que ha querido. No contento con ello, desea tener otra bicicleta sólo porque su vecino estrenó una mejor que la de él. Cuando le propone a su padre que le compre una igual, él le responde que no va a ser posible por varias razones que le enumera así: Ya tienes una bicicleta la cuál es prácticamente nueva, tú mismo la escogiste y estabas feliz con ella hasta cuando viste la del vecino, pero sobre todo, porque uno debe valorar lo que tiene. Además, Jorge el vecino nunca ha tenido una bicicleta y esperó pacientemente hasta cuando su tío se la regaló. Eso me comentó ayer su padre, quien estaba muy contento con el regalo que recibió su hijo, teniendo en cuenta que hasta el momento no había podido comprarle una. Mateo levantó sus hombros en señal de disgusto y sin pronunciar palabra se retiró a su habitación.
Esa misma tarde, Jorge salió al parque a pasear en su bicicleta. De repente apareció Mateo y le dijo: “Oye, tu bicicleta no es mejor que la mía” y Jorge le respondió: “Eso no me interesa. Lo importante es que después de tanto desearla, por fin la tengo y para mí es la mejor. La voy a cuidar mucho; te invito a que disfrutemos un rato”, Mateo no supo que responder y comprendió que tanto Jorge como su padre tenían razón, aceptó la invitación de su vecino y desde ese día comenzaron a practicar bicicross, hoy son muy buenos amigos.
Compartiendo con Jorge, Mateo ha entendido la importancia de valorar lo que se tiene y los esfuerzos que hacen los padres para complacer a sus hijos, pero sobre todo, lo injusto que había sido con sus padres y demás personas con quien compartía. La cercanía de Jorge cambió para bien la vida de Mateo y unió en amistad a las dos familias.
Mateo es un niño muy inconforme, se vive quejando porque siempre desea tener más de lo que tiene. A sus ocho años ha logrado tener todos los juguetes que ha querido. No contento con ello, desea tener otra bicicleta sólo porque su vecino estrenó una mejor que la de él. Cuando le propone a su padre que le compre una igual, él le responde que no va a ser posible por varias razones que le enumera así: Ya tienes una bicicleta la cuál es prácticamente nueva, tú mismo la escogiste y estabas feliz con ella hasta cuando viste la del vecino, pero sobre todo, porque uno debe valorar lo que tiene. Además, Jorge el vecino nunca ha tenido una bicicleta y esperó pacientemente hasta cuando su tío se la regaló. Eso me comentó ayer su padre, quien estaba muy contento con el regalo que recibió su hijo, teniendo en cuenta que hasta el momento no había podido comprarle una. Mateo levantó sus hombros en señal de disgusto y sin pronunciar palabra se retiró a su habitación.
Esa misma tarde, Jorge salió al parque a pasear en su bicicleta. De repente apareció Mateo y le dijo: “Oye, tu bicicleta no es mejor que la mía” y Jorge le respondió: “Eso no me interesa. Lo importante es que después de tanto desearla, por fin la tengo y para mí es la mejor. La voy a cuidar mucho; te invito a que disfrutemos un rato”, Mateo no supo que responder y comprendió que tanto Jorge como su padre tenían razón, aceptó la invitación de su vecino y desde ese día comenzaron a practicar bicicross, hoy son muy buenos amigos.
Compartiendo con Jorge, Mateo ha entendido la importancia de valorar lo que se tiene y los esfuerzos que hacen los padres para complacer a sus hijos, pero sobre todo, lo injusto que había sido con sus padres y demás personas con quien compartía. La cercanía de Jorge cambió para bien la vida de Mateo y unió en amistad a las dos familias.
EL GATO Y EL RATÓN
Autora: Lesvia García de Fernández.
Cierto día Juan Camilo jugaba en el jardín de su casa cuando de repente observa algo que se mueve entre las matas. Se acerca y se da cuenta que es un ratoncito que al sentirlo, se mete en un hueco.
Intenta sacarlo, pero de inmediato siente que Mimí el gato, salta sobre el hueco y empieza a escarbar desesperado para atrapar al pobre ratoncito.
Camilo le dice: ¡zape Mimí, deja al ratoncito tranquilo!, pero el gato parece no escuchar y continúa escarbando y escarbando sin darse cuenta que ya el ratoncito había escapado por otro lado.
Camilo se puso muy contento al ver que el ratoncito se salvó de las garras del gato y lo dejó que siguiera escarbando, porque sabía que ya el ratoncito estaba muy lejos de ahí.
Cierto día Juan Camilo jugaba en el jardín de su casa cuando de repente observa algo que se mueve entre las matas. Se acerca y se da cuenta que es un ratoncito que al sentirlo, se mete en un hueco.
Intenta sacarlo, pero de inmediato siente que Mimí el gato, salta sobre el hueco y empieza a escarbar desesperado para atrapar al pobre ratoncito.
Camilo le dice: ¡zape Mimí, deja al ratoncito tranquilo!, pero el gato parece no escuchar y continúa escarbando y escarbando sin darse cuenta que ya el ratoncito había escapado por otro lado.
Camilo se puso muy contento al ver que el ratoncito se salvó de las garras del gato y lo dejó que siguiera escarbando, porque sabía que ya el ratoncito estaba muy lejos de ahí.
LA FORTUNA DE DON ANTONIO (Cuento)
Autora: Lesvia García de Fernández.
Don Antonio es el dueño de una de las tiendas más grandes que existe en el barrio donde vivo, es una persona amable y bastante comunicativa, por eso casi todos los vecinos realizan sus compras en ella. La tienda tiene por nombre “El Millonario”, según él, porque algún día lo será. Es lo que siempre comenta con sus clientes.
Cierta noche, se acostó muy temprano y rato más tarde Laura, su esposa desde la sala donde veía su programa favorito de la televisión, escuchó gritos que no lograba identificar de donde venían, de inmediato bajó el volumen y escuchó que los gritos salían de la habitación principal de la casa. Se dirigió a ella y al abrir la puerta observó que su esposo saltaba y saltaba encima de la cama con sus ojos cerrados y lanzando al aire cuanto objeto estaba a su alrededor, al tiempo que gritaba con mucha alegría ¡Soy millonario¡…¡Soy millonario!... ¡Soy millonario!... Laura al verlo se asustó y trató de despertarlo, pero Don Antonio no le hacía caso. Minutos más tarde entró Jorge, el hijo mayor y lo agarró con fuerza, hasta hacerlo despertar.
Al despertar Don Antonio les preguntó ¿Donde están los sacos de billetes que hace un rato tenía en mi poder? Y Jorge le respondió: – papá eso sólo fue un sueño – y él insistió – hijo, pero si yo saltaba sobre esos sacos, son míos –Su hijo y esposa lo abrazaron y le mostraron los zapatos, cuadros, toallas, sábanas, almohadas y muchos objetos más que estaban tirados en el cuarto y que Don Antonio en su sueño pensó que eran sacos de billetes. Al darse cuenta de la realidad, Don Antonio dijo ¡Sólo fue un hermoso sueño, pero presiento que muy pronto seremos millonarios!
Don Antonio es el dueño de una de las tiendas más grandes que existe en el barrio donde vivo, es una persona amable y bastante comunicativa, por eso casi todos los vecinos realizan sus compras en ella. La tienda tiene por nombre “El Millonario”, según él, porque algún día lo será. Es lo que siempre comenta con sus clientes.
Cierta noche, se acostó muy temprano y rato más tarde Laura, su esposa desde la sala donde veía su programa favorito de la televisión, escuchó gritos que no lograba identificar de donde venían, de inmediato bajó el volumen y escuchó que los gritos salían de la habitación principal de la casa. Se dirigió a ella y al abrir la puerta observó que su esposo saltaba y saltaba encima de la cama con sus ojos cerrados y lanzando al aire cuanto objeto estaba a su alrededor, al tiempo que gritaba con mucha alegría ¡Soy millonario¡…¡Soy millonario!... ¡Soy millonario!... Laura al verlo se asustó y trató de despertarlo, pero Don Antonio no le hacía caso. Minutos más tarde entró Jorge, el hijo mayor y lo agarró con fuerza, hasta hacerlo despertar.
Al despertar Don Antonio les preguntó ¿Donde están los sacos de billetes que hace un rato tenía en mi poder? Y Jorge le respondió: – papá eso sólo fue un sueño – y él insistió – hijo, pero si yo saltaba sobre esos sacos, son míos –Su hijo y esposa lo abrazaron y le mostraron los zapatos, cuadros, toallas, sábanas, almohadas y muchos objetos más que estaban tirados en el cuarto y que Don Antonio en su sueño pensó que eran sacos de billetes. Al darse cuenta de la realidad, Don Antonio dijo ¡Sólo fue un hermoso sueño, pero presiento que muy pronto seremos millonarios!
EL PECECITO Y EL ÁRBOL (Fábula)
Autora: Lesvia García de Fernández.
¡Qué hermoso día! dijo el enorme árbol al abrir sus ojos, “hoy disfrutaré de la brisa, de los animales y de las personas que se acercan a tomar agua de la quebrada que bañan mis raíces y a descansar de la sombra de mis ramas”. Estaba distraído en sus pensamientos, cuando de repente observa que entre sus raíces está enredado un indefenso pececito que pide ayuda a una hambrienta zorra que lo observa desde afuera. ¡Auxilio, auxilio!, dice el pececito y la zorra hambrienta piensa “Será un delicioso desayuno para esta hambre que tengo”, pero conociendo las intenciones de la zorra, el árbol le grita – señora zorra, no se le acerque al pececito, él no está enredado con mis raíces, simplemente estoy jugando con él, aléjese- El árbol quiso ganar tiempo y alejar a la zorra mientras llegaba hasta ellos un guardabosques que se acercaba y que él había visto desde muy lejos; sabía que los guardabosques siempre llegaban a la quebrada a refrescarse y descansar bajo sus ramas.
De repente, a lo lejos se escuchó un grito, eran los guardabosques que se comunicaban entre sí, y la hambrienta zorra se asustó y emprendió la huída. Al llegar el guardabosque a la quebrada, se dio cuenta que el pobre pececito pataleaba y pataleaba, tratando de salir de las raíces del árbol, se acercó y lo ayudó. Lo tomó entre sus manos y de inmediato lo regresó al agua. El pececito se hundió en las frescas aguas y dio dos saltos sacudiendo fuertemente sus aletitas. El guardabosque sonrió y entendió que el pececito lo hacía para agraecerle por haberlo salvado.
MORALEJA: Por muy desesperado que estés no pidas ayuda a la persona equivocada.
¡Qué hermoso día! dijo el enorme árbol al abrir sus ojos, “hoy disfrutaré de la brisa, de los animales y de las personas que se acercan a tomar agua de la quebrada que bañan mis raíces y a descansar de la sombra de mis ramas”. Estaba distraído en sus pensamientos, cuando de repente observa que entre sus raíces está enredado un indefenso pececito que pide ayuda a una hambrienta zorra que lo observa desde afuera. ¡Auxilio, auxilio!, dice el pececito y la zorra hambrienta piensa “Será un delicioso desayuno para esta hambre que tengo”, pero conociendo las intenciones de la zorra, el árbol le grita – señora zorra, no se le acerque al pececito, él no está enredado con mis raíces, simplemente estoy jugando con él, aléjese- El árbol quiso ganar tiempo y alejar a la zorra mientras llegaba hasta ellos un guardabosques que se acercaba y que él había visto desde muy lejos; sabía que los guardabosques siempre llegaban a la quebrada a refrescarse y descansar bajo sus ramas.
De repente, a lo lejos se escuchó un grito, eran los guardabosques que se comunicaban entre sí, y la hambrienta zorra se asustó y emprendió la huída. Al llegar el guardabosque a la quebrada, se dio cuenta que el pobre pececito pataleaba y pataleaba, tratando de salir de las raíces del árbol, se acercó y lo ayudó. Lo tomó entre sus manos y de inmediato lo regresó al agua. El pececito se hundió en las frescas aguas y dio dos saltos sacudiendo fuertemente sus aletitas. El guardabosque sonrió y entendió que el pececito lo hacía para agraecerle por haberlo salvado.
MORALEJA: Por muy desesperado que estés no pidas ayuda a la persona equivocada.
TOBY Y EL CAHORRITO (Personificación).
Autora: Lesvia García de Fernández.
Toby, es el perro de José Antonio, un niño de doce años que lo ha criado con muchos mimos. Desde pequeño lo acompaña a todas partes, es su amigo guardián.
Cierto día, el mejor amigo de su padre lo invita a su finca, situada en un lugar lejos de su hogar la cuál está cerca de un espeso bosque. Como José Antonio estaba de vacaciones, su papá lo invitó y este se llevó a Toby.
Al llegar a la finca, Toby no se apartaba de José Antonio, parecía tener miedo, su amigo lo notó un poco inquieto pero no dijo nada, sólo le acariciaba su suave pelo, pero nunca imaginó lo que le pasaría después
Mientras José Antonio pensaba en Toby, este observaba todo lo que había a su alrededor y empezó a coger confianza, al punto de alejarse de él.
Toby, observó a lo lejos un gato que jugueteaba con una palomita y poco a poco sin que notaran su presencia, se acercó a ellos. Estaba tan entretenido que no se dio cuenta que los animales cada vez se alejaban más y más. De pronto Toby pierde de vista al gato y a la palomita e intenta regresar a la finca, pero no encuentra el camino, está perdido en pleno bosque. Se detiene detrás de un frondoso Árbol y observa una tigresa gravemente herida que a su lado tiene un cachorrito. Toby le preguntó ¿Qué te pasó? ¿Puedo ayudarte? y la tigresa casi sin poder hablar le dijo –Un cazador malvado me dio muchos disparos y estoy agonizando- Toby le respondió –Don Anselmo, el papá de José Antonio mi amigo, es Médico Veterinario y yo he aprendido muchas cosas de él, intentaré ayudarla.
Le cuento que Don Anselmo le salvó la vida a un caballo herido colocándole algunas plantas en la herida, las buscaré y se las colocaré para que se alivie, luego agregó: pero… necesito también agua y no se donde encontrarla porque no conozco el bosque, estoy aquí porque me perdí. La tigresa casi sin poder hablar le respondió: -Camina hacia tu derecha y a pocos pasos de aquí encontrarás una fuente de agua cristalina, ¿alcanzas a escucharla?, Toby hizo un esfuerzo y exclamó ¡Claro!, iré a buscar lo que necesito para curarla. Al instante, la tigresa sin dejar de acariciar con su pata derecha al cachorrito, con voz débil y con dificultad para poderlo ver le dijo: - Prométeme que cuidarás de mi cachorro y lo defenderás de los peligros del bosque; te lo pido porque se que voy a morir y has demostrado ser noble y valiente. Toby le respondió: ¡Se lo prometo!, pero no se preocupe que no será necesario porque con la curación que le haré, pronto estarás bien.
Cuando Toby se disponía salir a buscar las plantas y el agua para realizar la curación de la tigresa, la mira nuevamente y se da cuenta que ya no respira y comienza a sacudirla, pero todo es inútil porque ya está muerta. En ese instante, Toby aparta el cachorrito de su madre y coloca sobre ella muchas ramas, luego arrastrando al Cachorrito con su boca lo deja en un lugar seguro y piensa: “De alguna forma tengo que salir de este bosque para pedir ayuda y salvar al cachorrito, se lo prometí a la tigresa”.
Mientras tanto, en la finca todos estaban preocupados por la desaparición de Toby, principalmente José Antonio, quien había pedido a su padre, dueños y trabajadores de la finca y demás vecinos que lo acompañaran a buscar a Toby. En un momento todo estuvo listo y salieron hacia distintas direcciones del bosque con la esperanza de encontrarlo.
Ya internados en el bosque, José Antonio empezó a llamar a Toby. Estaba preocupado porque se acercaba la noche y la búsqueda sería más difícil.
En ese instante, perdido en el bosque, Toby intentaba salir dejando señales para volver a buscar al cachorrito con la ayuda de su amigo, sintió el olor característico de José Antonio y haciendo uso de su olfato emprendió la carrera para encontrarse con él, estaba seguro de su cercanía. En su carrera encontró a su paso muchos obstáculos pero siempre seguro de que muy pronto estaría con su amigo y le ayudaría a traer al cachorrito. De repente empieza a escuchar voces a las que responde con ladridos desesperados. Cansado de tanto correr, se detiene al lado de un árbol quien le dice –descansa un poco que tus amigos te encontrarán- Toby levanta su patica trasera y orina al pie del árbol y este le responde: –Gracias por refrescarme- y Toby mueve su colita y le agradece por darle ánimo.
Un rato después José Antonio y sus acompañantes llegan al lugar donde descansa Toby quien al ver a su amigo se lanza a su encuentro. José Antonio lo abraza y le dice “Nos tenías muy preocupados amigo, vamos a casa” Toby lo miró suplicante y su amigo le preguntó como si supiera que le entiende ¿Qué te pasa? y Toby lo haló de la bota del pantalón hasta cuando entendió que debía seguirlo. Momentos más tarde llegaron al lugar donde estaba el cachorrito y luego donde había dejado a la tigresa muerta. Don Anselmo miró a José Antonio y le dijo que debían llevarse al cachorro a casa para alimentarlo y evitarle algún peligro.
Tres meses más tarde el cachorrito estaba preparado para volver al bosque y disfrutar de su vida silvestre. En esos tres meses, Toby le habló constantemente sobre el bosque y le advirtió la forma como debía defenderse de los otros animales.
Toño, nombre con que llamaron al cachorrito, estaba ansioso de volver al bosque y ese día llegó. Don Anselmo, José Antonio y Tony volvieron a la finca del amigo trayendo a Toño, quien se había convertido en un cachorro muy fuerte. A la mañana siguiente, al salir la aurora, todos se dirigieron al bosque y dejaron ir al cachorro. Al despedirse Toby le habló al oído y le dijo –Cuídate, recuerda siempre mis consejos, eres un cachorro valiente y vivirás muchos años, nunca me olvides- Toño lo miró y sin decir nada dejó salir una lágrima, la que Toby limpió con su lengua.
De inmediato todos volvieron a la finca y comentaron lo dolorosa que fue la partida de Toño, porque ya se habían encariñado con él, pero siempre conscientes que a los animales silvestres no se le debe quitar su libertad. Al regresar a casa todo volvió a la normalidad.
Toby, es el perro de José Antonio, un niño de doce años que lo ha criado con muchos mimos. Desde pequeño lo acompaña a todas partes, es su amigo guardián.
Cierto día, el mejor amigo de su padre lo invita a su finca, situada en un lugar lejos de su hogar la cuál está cerca de un espeso bosque. Como José Antonio estaba de vacaciones, su papá lo invitó y este se llevó a Toby.
Al llegar a la finca, Toby no se apartaba de José Antonio, parecía tener miedo, su amigo lo notó un poco inquieto pero no dijo nada, sólo le acariciaba su suave pelo, pero nunca imaginó lo que le pasaría después
Mientras José Antonio pensaba en Toby, este observaba todo lo que había a su alrededor y empezó a coger confianza, al punto de alejarse de él.
Toby, observó a lo lejos un gato que jugueteaba con una palomita y poco a poco sin que notaran su presencia, se acercó a ellos. Estaba tan entretenido que no se dio cuenta que los animales cada vez se alejaban más y más. De pronto Toby pierde de vista al gato y a la palomita e intenta regresar a la finca, pero no encuentra el camino, está perdido en pleno bosque. Se detiene detrás de un frondoso Árbol y observa una tigresa gravemente herida que a su lado tiene un cachorrito. Toby le preguntó ¿Qué te pasó? ¿Puedo ayudarte? y la tigresa casi sin poder hablar le dijo –Un cazador malvado me dio muchos disparos y estoy agonizando- Toby le respondió –Don Anselmo, el papá de José Antonio mi amigo, es Médico Veterinario y yo he aprendido muchas cosas de él, intentaré ayudarla.
Le cuento que Don Anselmo le salvó la vida a un caballo herido colocándole algunas plantas en la herida, las buscaré y se las colocaré para que se alivie, luego agregó: pero… necesito también agua y no se donde encontrarla porque no conozco el bosque, estoy aquí porque me perdí. La tigresa casi sin poder hablar le respondió: -Camina hacia tu derecha y a pocos pasos de aquí encontrarás una fuente de agua cristalina, ¿alcanzas a escucharla?, Toby hizo un esfuerzo y exclamó ¡Claro!, iré a buscar lo que necesito para curarla. Al instante, la tigresa sin dejar de acariciar con su pata derecha al cachorrito, con voz débil y con dificultad para poderlo ver le dijo: - Prométeme que cuidarás de mi cachorro y lo defenderás de los peligros del bosque; te lo pido porque se que voy a morir y has demostrado ser noble y valiente. Toby le respondió: ¡Se lo prometo!, pero no se preocupe que no será necesario porque con la curación que le haré, pronto estarás bien.
Cuando Toby se disponía salir a buscar las plantas y el agua para realizar la curación de la tigresa, la mira nuevamente y se da cuenta que ya no respira y comienza a sacudirla, pero todo es inútil porque ya está muerta. En ese instante, Toby aparta el cachorrito de su madre y coloca sobre ella muchas ramas, luego arrastrando al Cachorrito con su boca lo deja en un lugar seguro y piensa: “De alguna forma tengo que salir de este bosque para pedir ayuda y salvar al cachorrito, se lo prometí a la tigresa”.
Mientras tanto, en la finca todos estaban preocupados por la desaparición de Toby, principalmente José Antonio, quien había pedido a su padre, dueños y trabajadores de la finca y demás vecinos que lo acompañaran a buscar a Toby. En un momento todo estuvo listo y salieron hacia distintas direcciones del bosque con la esperanza de encontrarlo.
Ya internados en el bosque, José Antonio empezó a llamar a Toby. Estaba preocupado porque se acercaba la noche y la búsqueda sería más difícil.
En ese instante, perdido en el bosque, Toby intentaba salir dejando señales para volver a buscar al cachorrito con la ayuda de su amigo, sintió el olor característico de José Antonio y haciendo uso de su olfato emprendió la carrera para encontrarse con él, estaba seguro de su cercanía. En su carrera encontró a su paso muchos obstáculos pero siempre seguro de que muy pronto estaría con su amigo y le ayudaría a traer al cachorrito. De repente empieza a escuchar voces a las que responde con ladridos desesperados. Cansado de tanto correr, se detiene al lado de un árbol quien le dice –descansa un poco que tus amigos te encontrarán- Toby levanta su patica trasera y orina al pie del árbol y este le responde: –Gracias por refrescarme- y Toby mueve su colita y le agradece por darle ánimo.
Un rato después José Antonio y sus acompañantes llegan al lugar donde descansa Toby quien al ver a su amigo se lanza a su encuentro. José Antonio lo abraza y le dice “Nos tenías muy preocupados amigo, vamos a casa” Toby lo miró suplicante y su amigo le preguntó como si supiera que le entiende ¿Qué te pasa? y Toby lo haló de la bota del pantalón hasta cuando entendió que debía seguirlo. Momentos más tarde llegaron al lugar donde estaba el cachorrito y luego donde había dejado a la tigresa muerta. Don Anselmo miró a José Antonio y le dijo que debían llevarse al cachorro a casa para alimentarlo y evitarle algún peligro.
Tres meses más tarde el cachorrito estaba preparado para volver al bosque y disfrutar de su vida silvestre. En esos tres meses, Toby le habló constantemente sobre el bosque y le advirtió la forma como debía defenderse de los otros animales.
Toño, nombre con que llamaron al cachorrito, estaba ansioso de volver al bosque y ese día llegó. Don Anselmo, José Antonio y Tony volvieron a la finca del amigo trayendo a Toño, quien se había convertido en un cachorro muy fuerte. A la mañana siguiente, al salir la aurora, todos se dirigieron al bosque y dejaron ir al cachorro. Al despedirse Toby le habló al oído y le dijo –Cuídate, recuerda siempre mis consejos, eres un cachorro valiente y vivirás muchos años, nunca me olvides- Toño lo miró y sin decir nada dejó salir una lágrima, la que Toby limpió con su lengua.
De inmediato todos volvieron a la finca y comentaron lo dolorosa que fue la partida de Toño, porque ya se habían encariñado con él, pero siempre conscientes que a los animales silvestres no se le debe quitar su libertad. Al regresar a casa todo volvió a la normalidad.